1. Cierre consciente del año anterior: tu punto de partida real
Antes de pensar en todo lo que quieres lograr, es fundamental hacer un cierre del año anterior desde la conciencia y la integridad.
No se trata solo de evaluar resultados del negocio, sino de observarte como persona:
¿Cómo estuvo tu energía?
¿Qué áreas de tu vida se sintieron nutridas y cuáles quedaron en pausa?
¿Qué decisiones tomaste alineadas a tus valores y cuáles ya no representan quién eres?
¿En qué creciste emocional, mental y espiritualmente?
Un cierre integral te permite reconectar contigo, con tu identidad, tus principios y tu propósito. Solo desde esa alineación interna vas a poder construir un nuevo año que realmente honre quién eres hoy.
2. Soñar en grande: visión expandida y metas que te muevan
Con el cierre hecho, llega el momento mágico: permitirte soñar sin límites.
Pregúntate:
¿Cuál es el norte que quiero seguir?
¿Qué realidad deseo manifestar?
¿Cómo quiero vivir?
¿Quién quiero ser dentro de 10, 5 y 3 años?
Aquí aplicamos ingeniería inversa: visualizamos el resultado más grande (tu vida ideal a largo plazo) y, desde ahí, vamos bajando a metas a 5 años, 3 años y luego al próximo año.
Es un ejercicio revelador que requiere honestidad, valentía y muchas preguntas profundas. Pero te da claridad absoluta sobre el camino a recorrer.
3. Estructura tu 2026: claridad, estrategia y acciones medibles
Con la visión definida, es hora de convertirla en un plan real.
Aquí descomponemos las metas del año en ciclos más pequeños:
Metas anuales
Metas semestrales
Metas trimestrales o bimestrales
Metas mensuales
Acciones semanales (si quieres llevarlo aún más claro)
Esta estructura te da foco, dirección y disciplina emocional.
También definimos las estrategias:
¿Qué funcionó este año y podemos optimizar?
¿Qué herramientas nuevas queremos probar?
¿Qué aprendizajes ya tenemos y podemos capitalizar?
No olvides estudiar, analizar e investigar: la mejora continua es parte del camino.
Factores clave que influyen en tus resultados
Tu planificación debe considerar elementos reales de la vida:
Las estaciones del año: energía, clima, luz solar… todo influye en tu productividad.
Fechas importantes (internacionales, nacionales y familiares).
Momentos emocionales sensibles, como aniversarios de duelos.
Esto no solo te ayuda a ser más estratégica, sino más compasiva contigo misma.
Evaluaciones periódicas: la clave para garantizar tu evolución
La planificación no es estática.
Requiere evaluaciones periódicas para ajustar, corregir, mejorar o incluso cambiar el rumbo si algo dejó de resonar.
Los ajustes son parte natural del proceso y aumentan enormemente tus probabilidades de éxito.
🌱 Planificar un nuevo año de evolución es una oportunidad para diseñar una vida que te inspire, que te sostenga y que te permita crecer en equilibrio.
Este proceso no solo te organiza: te transforma.
Estamos aquí para acompañarte a través de nuestras sesiones de Coaching 1:1. Agenda tu CONSULTA GRATIS desde nuestra página web o contáctanos para más información.
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